domingo, 5 de enero de 2020

Carta abierta de un secretariucho de tercera a los Reyes Magos de Oriente

Queridos reyes magos:

Este año me he retrasado mucho en escribiros la carta, y lo he dejado para última hora. Pero como los regalos que quiero pediros son de carácter inmaterial, seguro no habrá problemas de logística para que podáis traerme mis regalos, si es que consideráis que los merezco. 

Confío que vuestra magia os ayude a llegar al
recóndito lugar donde se ubican mis pueblitos 

En primer lugar haremos examen de conciencia para que conozcáis cómo me he portado este año. 

Como sabéis durante este año se me asignó mi primer destino como secretariucho de tercera, que fue una agrupación de secretarías de dos pueblitos inferiores a 500 habitantes. Como consecuencia de ello, mi vida dio un giro dándome de bruces con las peculiaridades de la España rural más  perdida y remota. 

Desde finales del mes de marzo llevo trabajando y viviendo en la España vaciada, intentando poner al día mil cuestiones que se han ido dejando durante años en mis ayuntamientos, cumplir la ley al máximo posible en todos los aspectos (luchando contra el contrato menor, evitando la venta a perpetuidad de nichos y parcelas en el cementerio, haciendo mis ayuntamientos unas administraciones más transparentes, implantando la administración electrónica y haciendo frente al "siempre se ha hecho así" y la costumbre, entre otros) y mantener el equilibrio emocional y la estabilidad mental en el intento.

Reconozco que he tenido algunos momentos de bajón, de perder los nervios, de quejarme amargamente o de incluso pensar en tirar la toalla de la administración rural. Pero 9 meses después de mi toma de posesión aún sigo aquí y cada día que pasa tengo más puntos y estoy más cerca de consolidar el grado. Sé que el concurso de este año pasado no era el mío y que el concurso de 2020 tampoco lo será, pero para 2021 la cosa será diferente. No obstante, no soy muy optimista con lo que pueda depararme el concurso unitario, pues aún en 2021 no tendré una gran puntuación en comparación con otros compañeros y además los destinos que salen en estos concursos no resultan muy apetecibles. Por ello, puede ser que incluso a partir de 2021 siga aquí y que, quien sabe, hasta acabe la legislatura que he tenido el gusto de iniciar en la agrupación. 

En el aspecto personal ya dejé atrás el estrés de la preparación de la oposición, los fines de semana sin poder salir de casa y ahora afortunadamente estoy más libre y tengo más tiempo para mí, aunque debo cuidarme más haciendo un poco más de deporte y comiendo mejor. Además debo buscarme alguna afición que me ayude a desconectar por las tardes del trabajo y mantener mi cabeza ocupada en otras cosas. Las personas que conocen mi situación me dicen que debo buscarme algún vicio, jejeje. 

Bueno, una vez examinado mi comportamiento durante este año pasado quiero pediros mis regalos para 2020:

- Equilibrio psíquico y estabilidad mental para afrontar el día a día, para seguir defendiendo el cumplimiento de la legalidad en territorios donde imperan la tradición y la costumbre, como son las secretarías rurales. 

- Que la sociedad y el resto de administraciones tomen en serio a las entidades de la administración local, que las respeten y las permitan actuar con una autonomía real, sin servilismos ni dominación. Y pido este regalo porque después de que la presidenta del Congreso Meritxell Batet compara la algarabía del Congreso en la primera sesión del debate de investidura del día 4 de enero con la plaza del pueblo y de haber visto el anuncio de una nueva serie de televisión de Telecinco titulada "El pueblo", cuyo tráiler ya avanza las líneas en las que se tratará a la gente de la España rural, el año se presenta aciago para las secretarías de tercera.

- Que ningún compañero/a tenga que sufrir las presiones y el acoso laboral que lamentablemente cada día es más habitual en nuestra profesión, y que si alguno/a pasara por ella el cuerpo se mantenga unido y afronte dichas injerencias con una actitud firme y cohesionada. Porque somos muchos y, si nos mantenemos unidos, somos imparables. 

En fin, hay muchas cosas más que me pasan por la mente, como una nueva regulación del Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, la adaptación de múltiples leyes a las peculiaridades de los micromunicipios, una planta local más razonable y sensata... pero también tengo en cuenta que la fragmentada situación política existente actualmente en nuestro país hacen de dichas peticiones casi un milagro, por ser necesario para su cumplimiento un amplio consenso. 

Con todos mis respetos, y mi máxima admiración por todo el trabajo que sois capaces de realizar en sólo un mes de trabajo al año, me despido atentamente deseándoles un buen viaje. 

P.D. Me tenéis que contar el secreto de cómo lográis gestionar tal cantidad de asuntos en tan poco tiempo. El conocimiento de este asunto sería de gran utilidad para nosotros/as, los/las secretariuchos/as de tercera.

¡Nos leemos!

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