lunes, 2 de marzo de 2020

Las prestaciones personal y de transporte ¿anacronismos legales?

Los artículos 128 a 130 del Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, aprobado por Real Decreto Legislativo 2/2004, regulan las prestaciones personal y de transporte de los ayuntamientos como dos recursos más de los municipios. 

Para quien no lo sepa, las prestaciones personal y de transporte son recursos de las haciendas locales que se pueden establecer en municipios de hasta 5.000 habitantes a través de ordenanza fiscal. Pueden imponerse de forma separada una u otra prestación o incluso simultáneamente, pues la ley determina que son compatibles entre sí. Consisten en la obligación de prestar servicio personal o con un medio de transporte afecto a una explotación empresarial por parte de las personas físicas residentes (en el caso de la prestación personal) o de las personas físicas y jurídicas residentes (en el caso de la prestación de transporte), y siempre para la realización de obras de competencia municipal o que hayan sido cedidas o transferidas por otras entidades públicas. 

Esa es la teoría, pues en la práctica solamente nos acordamos de estas exóticas figuras cuando redactamos las pruebas tipo test de las oposiciones, a fin de preguntar cuestiones clave como hasta qué tamaño de población pueden exigirse dichas prestaciones, por qué importe pueden ser redimidas a metálico dichas prestaciones, cuántos días puede durar como máximo dicha obligación o quienes están sujetos a tal prestación. Saberes fundamentales e imprescindibles para cualquier auxiliar o administrativo que se precie vaya, sobre todo si tenemos en cuenta la conexión entre el tipo de pruebas a superar y la adecuación al desempeño de las tareas de los puestos de trabajo convocados que exige el Texto Refundido del Estatuto Básico del Empleado Público, aprobado por Real Decreto Legislativo 5/2015. 

Pero en la vida real estas figuras rara vez se dan. Han quedado petrificadas en el tiempo como figuras legales fósiles, olvidadas, arrinconadas y en muchas ocasiones no expresamente derogadas aunque no se apliquen (os sorprendería la cantidad de portales de transparencia en los que aparecen ordenanzas reguladoras de estas prestaciones). 

Pero en la cabeza de un edil o concejal del siglo XXI, estas figuras no tiene cabida. Suenan como el diezmo eclesiástico o el derecho de pernada del señor feudal («ius primae noctis» = «derecho de la primera noche») y no pueden tener cabida en la época de la transparencia, la administración electrónica, el gobierno abierto y las smart cities. 

Prestaciones personal y de transporte
en vigor, esperando su gran momento
 

La despoblación y la necesidad de transporte

En los últimos tiempos, y como consecuencia de la despoblación que padece el mundo rural, la necesidad de transporte está siendo cada vez mayor. Al reducir los municipios su población, las empresas que prestan el servicio de transporte de pasajeros a otras ciudades o capitales de provincia reducen su frecuencia de paso. Y si la población desciende aún más, las empresas de transporte al final dejan de hacer parada en dichas poblaciones. Y con ello, la despoblación no hace más que acelerar el ritmo.

Posteriormente, cuando ya no pasa ningún medio de transporte por el municipio y la escasa población es cada vez más y más anciana, la necesidad de contar con un medio de transporte para dicha población se hace más acuciante. Lo necesitan para trasladarse a otras ciudades cercanas para ir al médico especialista, para sacar dinero en el banco, para hacer pequeñas compras o para hacer trámites administrativos, pues gran parte de dicha población no conduce o no debería conducir por las carreteras peligrosas y llenas de curvas de la España vaciada. 

Es entonces cuando los microayuntamientos recuperan la figura de la prestación de transporte, pero en su versión modernizada (una especie de prestación de transporte profesionalizada y revisitada): ponen una furgoneta o minibús del ayuntamiento, contratan a un/a conductor/a y así trasladan a los vecinos ciertos días a la semana a hacer sus "recados" a las poblaciones colindantes o bien contratan directamente los servicios de taxistas profesionales para dicha finalidad. Ya no es la prestación de transporte que prevé la norma reguladora de las haciendas locales, con sus cambios constantes de conductores, de vehículos, con la falta de profesionalidad y posiblemente de disciplina de ciertos vecinos conductores obligados, etc. Pero en el fondo, es más de lo mismo, porque los recursos que antes ponían los vecinos para la prestación del servicio, ahora también los ponen los mismos vecinos, aunque en forma de impuestos y con la posibilidad de establecer un copago por uso. Se trata de una última medida desesperada contra la despoblación, porque una población mayor e incomunicada no puede tardar mucho en mudarse a casa de un familiar en otro municipio o a una residencia de ancianos. 

Veamos dicho proceso con casos reales:

1º Reducción de la frecuencia de paso de los medios de transporte interurbanos: Pueblos sin transporte público: llega el siguiente paso de la despoblación


3º Prestación directa o indirecta por el ayuntamiento del servicio de traslado de vecinos a municipios cercanos para satisfacer necesidades médicas o administrativas: Cinco consultorios llevan más de un mes sin atención médica 


Un coche para frenar la despoblación (servicio prestado por Cruz Roja)

Alcalde al volante en maniobra de adelantamiento
a la despoblación

Falta de intervención pública, posibilidad de iniciativa privada

Pero no todos los pueblos cuentan con los medios económicos y personales para poner en marcha el servicio de traslado de sus vecinos/as a otras ciudades cercanas. Es en esos casos en los que cabría que los consistorios aplicaran la prestación personal y de transporte para lograr sus objetivos, pero gracias a las aportaciones y medios de sus vecinos. 

Otra alternativa a la de trasladar a los vecinos las ciudades cercanas, es que las ciudades vayan a los vecinos. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. Y esto puede conseguirse gracias al surgimiento de iniciativas privadas como esta, que suplen la carencia:



Se trata de una empresa familiar de logística que se dedica a distribuir productos desde la capital a los los pequeños municipios de Soria, cubriendo todas las necesidades de su población, desde productos de alimentación hasta servicios a demanda. Y lo mejor de todo, lo consiguen a un precio equivalente al que supondría adquirir dichos productos o servicios en la misma capital. Sin duda, una iniciativa perfecta para luchar contra la despoblación y emprender en el mundo rural. 


No estaban muertas, estaban de parranda

Si de la lectura anterior alguien había deducido que las prestaciones personal y de transporte estaban muertas, nada más lejos de la realidad. Durante la preparación de esta entrada, me he preguntado a mi mismo si existe algún municipio que todavía aplique dichas figuras, y he estado buscando ordenanzas fiscales reguladoras de esas prestaciones aprobadas ya en pleno siglo XXI. Y aunque no muchas, alguna sí he encontrado. 

Os dejo a continuación dos enlaces de ordenanzas fiscales reguladoras de las prestaciones personal y de transporte que fueron aprobadas después de la entrada en vigor del Real Decreto Legislativo 2/2004, Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales:



Me hubiera gustado culminar la investigación contactando con dichos ayuntamientos y preguntando si realmente las aplican y cómo las articulan.


Por último os dejo con la interesante entrada que el compañero secretario Ignacio Pérez Sarrión escribió sobre estas prestaciones en el año 2013, y en el que contempló dichas figuras como una posible vía de hacer frente a la escasez económica que padeció nuestro país con la crisis económica y financiera de 2007 y para que todo el mundo contribuyera en la medida de sus posibilidades al interés común: Peláez, es usted voluntario para servicios mecánicos. Una lectura muy interesante, tanto por su opinión al respecto como por venir de un testigo presencial de la aplicación de dichos recursos municipales en la vida de un ayuntamiento. 

¡Nos leemos! 

Cuentan que si entras en el portal de transparencia con
todas las obligaciones de la OVELL cumplidas, puedes encontrar
prestaciones personales y de transporte así de animadas