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viernes, 1 de mayo de 2020

Mi primer cumpleblog

Hoy justamente hace un año que publiqué mi primera entrada en este blog. Han pasado 12 meses, 27 entradas y muchas vivencias y aprendizajes. 

Aunque sólo han sido 12 meses, a mi me han parecido muchos más. Supongo que habrá influido en ello el hecho de que los dos últimos he estado confinado en solitario en uno de los minipueblos en los que vivo y trabajo y donde me desplacé con motivo de la obtención de éste mi primer destino en el concurso unitario de 2018. Estos dos meses sin compañía y sin desconexiones durante los fines de semana se me están haciendo muy largos. 

#happybirthdaytome

Y si tengo que hacer una valoración de este último año de mi vida, sería la siguiente:

- A nivel profesional la experiencia ha sido agridulce. Por un lado he conseguido algunos de los objetivos que me planteé cuando llegué aquí por primera vez y vi el panorama, pero por otro lado he desistido de otras metas que ni he conseguido ni estimo posible llegar a conseguir. Existen objetivos que aún no he conseguido materializar, pero en los que sigo trabajando día a día con la esperanza de lograrlos tarde o temprano.

Durante este tiempo, el hecho de tener que realizar funciones en todos los ámbitos de la actuación municipal y de haber trabajado en muchos campos nuevos para mí, me hace sentir que me estoy convirtiendo en una auténtica navaja suiza. Esto no quita que a veces eche de menos mayor colaboración e implicación por parte del resto del personal de los ayuntamientos y que, en ocasiones, sienta la conocida como soledad del habilitado. 

- A nivel personal el panorama es más inestable. El hecho de haberme venido a vivir a un pueblo cuya población no llega a los 500 habitantes y no ver a mi familia y amigos durante toda la semana hace que mi vida personal esté en una especie de hibernación. Si a esto le sumamos la ausencia de metas personales y de entretenimientos o pasatiempos en los que ocupar la mente, la situación empeora. 

Lo cierto es que muchos días acabo la jornada laboral agotado y no tengo ganas de nada. Los fines de semana, cuando puedo salir del pueblo, trato de cambiar de aires y llevar una vida relajada y con más alicientes, aunque a veces cuando llega el viernes estoy tan cansado física y sobre todo mentalmente que me limito a hacer las tareas básicas imprescindibles para la supervivencia (compra, limpieza, cocinar, etc.). 

Está claro que tengo que buscarme un entretenimiento con el que llenar las horas y que me haga feliz. Si estuviera en la ciudad o en algún sitio con más posibilidades sin duda me apuntaría a una ONG o alguna asociación sin ánimo de lucro para hacer actividades por los demás (acompañar ancianos que viven solos, etc.) o me apuntaría a alguna actividad de ocio o educativa que me apeteciese. Aquí donde vivo el ocio está más limitado y el deporte (aunque trato de practicarlo) no es mi gran pasión. 

Este año ya he visto pasar mi primer concurso unitario sin poder participar, todavía tendrá que pasar otro más por delante de mis narices y ya entonces podré concursar de nuevo, esperando conseguir un destino más próximo a mi hogar para por lo menos dormir en mi cama todas las noches. No obstante, y vistos los destinos que se ofrecen en los últimos concursos, no descarto la idea de no participar en dicho concurso si no es que no hay algún destino me entusiasme y sea una buena opción para mí. Siempre quedará la vía de la comisión de servicio para buscar mi lugar. 

- A nivel de blog, os he ido narrando mis reflexiones desde la trinchera de la administración local con mayor o menor regularidad durante todo el año, y tengo todavía muchos temas que me parecen interesantes por tratar. Me encanta leer los blogs de los compañeros de profesión y sus vivencias de ayudan a abstraerme de la visión tan minimalista de la administración local que ofrecen las secretarías rurales o secretarías de tercera (aún más agravada en el caso de las agrupaciones de secretaría, como es mi caso). 

Al mismo tiempo, escribir mis ideas y compartir mis visiones con quien quiera leerlas me sirve de desahogo y de entretenimiento. Y el hecho de hacerlo bajo el seudónimo de "Secretariucho de tercera" me permite expresarme con mayor libertad, sin sentirme observado o enjuiciado. 

Gracias por acompañarme durante este mi primer año de blog.

¡Nos leemos!

Mi deseo para este año:
seguirnos leyendo

miércoles, 1 de mayo de 2019

¡Bienvenid@s a la línea de fuego!

Si estás leyendo estas líneas, bienvenid@. 

En primer lugar me presento: soy secretario-interventor de administración local, es decir, secretario de ayuntamiento de hasta 5.000 habitantes, puesto de trabajo conocido popularmente como secretario de tercera o secretario rural. 

Y en mi caso los adjetivos rural y de tercera le van al pelo al puesto, ya que la cosa es todavía más exagerada: no solamente trabajo en un ayuntamiento, sino que soy el secretario de una agrupación de varios ayuntamientos inferiores a 500 habitantes cada uno de ellos. Estos ayuntamientos se agrupan para mantener en conjunto el puesto de Secretaría-Intervención por no tener recursos suficientes de manera independiente y por ser el volumen de asuntos inferior al de otros ayuntamientos de mayor población.

Por lo tanto, soy un secretario rural, soy un secretariucho de tercera de pueblos perdidos y desconocidos para la mayoría, y ¡a mucha honra!

Me asignaron recientemente este destino en el concurso unitario de 2018, pero anteriormente había estado trabajando con carácter interino en otros pueblos similares y en alguna ciudad pequeña. El resultado de este concurso ha cambiado mi vida totalmente: he cambiado de domicilio, he cambiado de trabajo y, aunque solamente llevo un mes en el puesto, noto que estoy cambiando también psicológicamente. 

La verdad es que la soledad en la que me encuentro en el trabajo y en la vida y los altibajos del día a día de esta profesión, me empujan a abrir este blog para compartir mis inquietudes con quien quiera leerlas. En él iremos hablando y reflexionando sobre aspectos de esta bonita y desequilibrante labor: la utopía de la autonomía local, la desquiciada planta local española, el fantasma recurrente de la despoblación, la injusticia de los concursos de méritos, las difíciles relaciones entre políticos y secretarios-interventores, las carencias de la administración local, y abriremos también otros sabrosos y refrescantes melones. 

Espero vuestros comentarios y sugerencias, que seguro que me ayudarán a hacer mi rutinaria y gris vida un poco más emocionante y feliz. 

¡Nos leemos!




Comienza el camino. El paisaje es precioso, ¿no creéis?